Toallas Higiénicas y tampones Desechables Efectos en la Salud y Contaminación.
1.- MEDIO AMBIENTE
¿CUÁNTO CONTAMINAN LAS TOALLAS HIGIÉNICAS Y TAMPONES DESECHABLES?
Las toallas higiénicas y tampones tienen un periodo de degradación de 500 años, sin embargo, el uso de alternativas como la Copa Menstrual o las toallas de tela ayudan a mitigar esta problemática.
Para todos es conocido del tema en que la contaminación de la que somos responsables ha generado alteraciones ambientales como el efecto invernadero, el desgaste de la capa de ozono, smog, escasez del agua (cada vez más presente sobre todo en la zona centro del país desde coquimbo hasta zona centro sur, entre otras horribles señas de que hay que cambiar las cosas.
Muchos son los factores desencadenantes de este problema, sin embargo, muchas mujeres aún no son conscientes del gran porcentaje de desechos sintéticos que genera el uso indiscriminado de toallitas desechables, además del daño a su cuerpo durante el periodo menstrual.
Las toallas higiénicas y los tampones son de los residuos más contaminantes del planeta, esto se debe a que NO SON RECICLABLES, además su degradación toma un tiempo aproximado de 500 años. Esto desencadena a que en muchos casos estos residuos terminen en vertederos, ríos, y llegando hasta el océano.
Ahora una mujer puede llegar a utilizar más de 10 000 toallas higiénicas y tampones durante toda su vida fértil esto sin tomar en cuenta los envoltorios de plástico y aplicadores.
Hechos:
Una mujer en promedio comienza a menstruar entre los 12 y 15 años hasta los 45 a 52 años, de esos menstrúa de 3 a 5 días en promedio, y usa una media de 5 toallas por día; eso quiere decir que en un año menstrúa una media de 60 días y suponiendo un promedio de tiempo fértil desde los 15 años a 49 años sería en total 34 años fértiles de los cuales un total de 2040 días de menstruación total. Si multiplicamos 2040 días por 5 toallas diarias tendremos un resultado de 10,200 toallas higiénicas por cada mujer, en su vida fértil, ahora teniendo en cuenta el peso aproximado de 5grs de cada toallita higiénica, supone entonces que cada mujer genera un total aproximado de 51 kilogramos de desecho no reciclable ni biodegradable, que queda por al menos 500 años en nuestro planeta, liberando una cantidad inimaginable de tóxicos y químicos que afectan la flora y fauna, a la que se encuentren expuestos. Ahora tomando en cuenta esos datos, piensa en la cantidad de toallitas en 1 año, multiplicado por toda la población femenina de nuestro país, es una cantidad increíble de desechos en 1 sólo año, el problema es que aún no se viraliza el daño que se genera por las grandes empresas que no les interesa la salud ni de sus clientas ni del planeta.
2.- EL IMPACTO A SU SALUD:
Muchas de las toallitas femeninas contienen productos químicos preocupantes relacionados al cáncer, la alteración hormonal y los problemas de fertilidad. Lo anterior producto de la enorme cantidad de químicos, los riesgos a la salud a largo plazo de la exposición de estos productos químicos del uso de las toallitas nunca se han estudiado y son desconocidos en gran parte pero preocupantes.
En el 2015, Women’s Voices for the Earth (Las Voces de las Mujeres para la Tierra, en español) investigó las experiencias de las mujeres que usan las toallitas femeninas.
Compilaron más de 150 muestras de análisis de productos en línea de 11 marcas diferentes de toallitas femeninas, las cuales detallaban los efectos adversos asociados a la salud. Específicamente, se reportaron comúnmente quejas de comezón, ardor, irritación, reacciones alérgicas y sarpullidos sangrientos.
Además, hay varios informes de infecciones del tracto urinario asociadas. Varias mujeres dieron cuento de que usaban las toallitas para poder aliviar los síntomas, pero descubrieron que las toallitas simplemente agravaron los problemas que ellas estaban experimentando.
Los Productos Químicos Nocivos Que Se Encuentran en las Toallitas La “Fragancia” representa un ramo (de flores) desconocido de productos químicos innecesarios pero potencialmente tóxicos. Las fragancias son bien conocidas de causar reacciones alérgicas de la piel – y también pueden incluir los productos químicos que alteran las hormonas, agentes que causan el cáncer-, e irritantes hostiles. Desafortunadamente, la mayoría de los ingredientes de fragancia se mantienen en secreto de los consumidores, así que los componentes tóxicos son difíciles de identificar al leer las etiquetas de los productos. Los resultados de un análisis químico de veinte marcas de toallitas húmedas publicados en el 2015 revelaron que el 95% de toallitas analizadas contienen alérgenos de fragancia, el 90% contienen ftalatos (incluyendo DEP, DBP y DEHP), y el 55% contienen almizcles sintéticos.
Los preservantes son obligatorios para las toallitas pre-humedecidas para prevenir el crecimiento de las bacterias y el moho. (En contraste, toallitas higiénicas ecológicas reutilizables están secas, así que éste no necesita aditivos químicos para prevenir el crecimiento de las bacterias.)
Desafortunadamente, mucha gente está sensibilizada a los preservantes y en respuesta tiene reacciones alérgicas de piel. Ciertos preservantes son descargadores de formaldehido, y la exposición al formaldehido ha sido relacionada al cáncer. Otros preservativos, como los parabenos, son disruptores endocrinos potenciales que pueden jugar un papel en el cáncer del seno y los problemas de la fertilidad. Los preservantes problemáticos que se encuentran en las toallitas: MI y CMI en particular han sido retados en numerosas revistas dermatológicas; las alergias severas a estos productos químicos del uso de las toallitas desechables se han documentada bien. Debido a los numerosos informes de las reacciones adversas en años recientes, varias compañías han reformulado sus toallitas para reemplazar MI y CMI con preservantes alternativos. Sin embargo, tengan cuidado, porque todavía hay toallitas en el mercado que contienen esto productos químicos. IPBC es un alérgeno de piel bien conocido. Su uso ha sido severamente restringido por los reglamentos en la Unión Europea. Estos reglamentos han llegado a numerosas retiradas de las toallitas húmedas en Europa debido a la presencia de IPBC en el producto. ¿El problema? Estamos en chile y acá los niveles de rigurosidad o estándares mínimos son por muy debajo a los europeos.
Los parabenos son preocupantes porque se han demostrado de tener propiedades estrogénicas. Los parabenos han sido detectados en el tejido del cáncer del seno, con la preocupación de que su presencia puede estar conectada a la enfermedad. Los niveles más altos de parabenos en la orina de una mujer también han sido asociadas con el envejecimiento ovárico, el cual resulta en la fertilidad reducida. Los parabenos también son alérgenos, comúnmente causando reacciones en los pacientes con dermatitis. Un análisis químico del 2015 de las toallitas húmedas descubrió que el 55% de las toallitas analizadas contenían alguna forma de parabeno, predominantemente metilparabeno. DMDM hidantoin y 2-bromo-2-nitropropano-1,3-diol son preservativos descargadores de formaldehido.
El formaldehido descargado por estos productos químicos hace un trabajo eficaz de matar a las bacterias, pero pueden causar las reacciones alérgicas para esos que están sensitizados al formaldehido. El formaldehido también es un agente cancerígeno humano. El impacto potencial de causar cáncer de la exposición al formaldehido al tejido vaginal y de la vulva es virtualmente no estudiado, pero verdaderamente preocupante.
Octoxinol-9 es una droga anticonceptiva potente que eficazmente mata el esperma. Sin embargo, las toallitas conteniendo octoxinol-9 no se consideran anticonceptivos, ni se les requiere que tengan ninguna rotulación de precaución de su efecto potencial en la fertilidad de una mujer.
El uso de octoxinol-9 en los espermicidas ha sido asociado con la irritación genital y la secreción vaginal aumentadas. Octoxinol-9 también ha sido asociado al daño reproductivo en los estudios de laboratorio, pero se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.
Referencia : http://www.womensvoices.org/feminine-wipes-health-environment-concerns/
SOBRE LOS TAMPONES
Debido a su aplicación interna, los tampones tienen una ruta directa al torrente sanguíneo mediante la cual ofrecen acceso a los contaminantes, incluyendo las dioxinas, furanos y residuos de pesticidas. La mayoría de las fibras de algodón que se usan para estos productos han sido genéticamente modificadas y, aunque se desconocen los riesgos, la acción de insertar algodón transgénico en la vagina durante varios días podría tener resultados similares al consumo de alimentos transgénicos
Los tampones crean un ambiente que favorece el crecimiento bacteriano. Los desgarros en la pared vaginal le ofrecen un acceso a las bacterias para que entren en su cuerpo y se acumulen, lo que aumenta el riesgo de síndrome de shock tóxico
Muchas mujeres no se detienen a pensar cómo se hacen los productos de higiene femenina. Si la marca que usan dice “algodón” en la etiqueta, la mayoría piensa que es un indicador inmediato de seguridad.
No es necesario que las empresas revelen ninguno de los productos químicos, fragancias o plásticos utilizados en la fabricación del producto.
Sin embargo, estos productos se colocan contra su piel, el órgano más grande, y delgado, de su cuerpo. La distancia que separa su cuerpo de las posibles toxinas no es más que algunos milímetros. Lo que es peor, la piel alrededor de su área vaginal tiene una alta permeabilidad, Y GRAN CAPACIDAD DE ABSORCION DE CUALQUIER QUIMICO O TÓXICO QUE SEA PUESTO EN CONTACTO CON LA PIEL.
LOS TAMPONES, TOALLAS FEMENINAS Y PAÑALES ESTÁN CONTAMINADOS CON FTALATOS Y COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (COV)
En un estudio reciente publicado en Reproductive Toxicology se confirman los resultados de un estudio previo realizado en 2014, los cuales demuestran que la industria encargada del cuidado femenino vende productos que contienen químicos dañinos, incluyendo algunos pesticidas, fragancias, tintes y conservadores.
En este último estudio, los investigadores midieron tres tipos de compuestos orgánicos volátiles (COV) y cuatro ftalatos en toallas femeninas y pañales comerciales. También se midió el aire dentro del empaque y se encontró una alta concentración de 5.9 partes por billón (ppb) de COV.
Los investigadores encontraron que las valoraciones de COV y ftalatos variaban de manera considerable entre las marcas.
Los investigadores y defensores creen que esto pone en evidencia una brecha importante en la regulación de los pañales y es característico de la incomodidad que tiene la sociedad con respecto a hablar de la salud reproductiva de las mujeres. Sin embargo, los autores creen que:
“La ubicación física de la zona que se expone a estos químicos, la alta tasa de absorción de los genitales ante dichas sustancias y el período de exposición a largo plazo requieren de una investigación exhaustiva sobre el impacto potencial de la exposición a los COV y ftalatos”.
Las toallas femeninas y los pañales están hechos de plásticos sintéticos y, aunque el estudio no mencionó cuáles fueron las marcas evaluadas, los productos se recolectaron en Japón, Finlandia, Francia, Grecia y los Estados Unidos.
Los investigadores encontraron cloruro de metileno en dos marcas de toallas femeninas, tolueno en nueve y xileno en las 11 marcas analizadas. Estos últimos tres con COV.
Al hacer pruebas para encontrar ftalatos, se encontraron con dos tipos en las 11 marcas de toallas femeninas y en las cuatro marcas de pañales.
Las cuatro marcas de pañales analizadas también contenían tolueno y xileno. Scranton, quien no formó parte del estudio, señaló que había diferencias significativas entre las marcas en cuanto a las concentraciones de los compuestos encontrados.
Ella cree que estas diferencias indican que hay múltiples formas de fabricar toallas femeninas y pañales, y que se está haciendo algo durante la fabricación para aumentar de manera intencional los niveles de toxinas.
Por ejemplo, hubo una diferencia de casi 6000 veces en los niveles de COV entre las marcas y un incremento de 130 veces entre los niveles más altos de ftalatos de las toallas femeninas y los más bajos.
Las mujeres se exponen a las toxinas por lo menos siete años y medio de sus vidas
Debido a su aplicación interna, la absorción de químicos de los tampones funciona como una ruta directa hacia el torrente sanguíneo.
En el informe de 2014 de Women’s Voices for the Earth, los investigadores encontraron que los contaminantes en los tampones podrían incluir dioxinas, furanos y residuos de pesticidas, así como polímeros fundidos, cubiertas súper absorbentes y fibras endurecidas mediante procesos químicos.
Dependiendo de la cantidad de horas que se use un tampón, el promedio de 16 000 tampones utilizados en la vida de una mujer puede equivales a 7.5 o 10 años de uso.
Esta es una cantidad de tiempo impresionante como para que las membranas permeables tengan contacto con estos productos que se fabriquen con sustancias tóxicas.
El objetivo del fabricante es producir un material que absorba mucho y cueste poco para satisfacer a sus consumidores y aumentar las ganancias financieras. Dicho objetivo ha conducido a casos de síndrome de shock tóxico (SST), una complicación de infecciones por estafilococos o estreptococos.
El tampón comercial llegó a los estantes de las tiendas en 1930 y, para 1970, los fabricantes se encontraban compitiendo por encontrar la manera de darles una ventaja a los tampones sobre las toallas femeninas. Los tampones desodorizantes, aplicadores de plástico y productos ultra absorbentes fueron fabricados y lanzados a la venta.
En 1978, Procter & Gamble comenzó a vender Rely, tampones hechos de un agente espesante, hiperabsorbente y completamente sintético de grado alimenticio. Para mayo de 1980, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) habían reportado 55 casos de SST, y el número continuó aumentando.
Para junio de 1981, los investigadores habían identificado el uso continuo de tampones como un factor de riesgo y encontraron un vínculo entre el tampón Rely ultra absorbente y el incremento en la aparición de estos casos.
Sin embargo, incluso después de sacar a Rely de los estantes, las mujeres continuaron sufriendo de SST. Además, los casos de SST y las reacciones alérgicas reportadas han llevado a la aparición de un movimiento que exige la transparencia y la divulgación de estos ingredientes tanto en los Estados Unidos como en el extranjero.
Síndrome de shock tóxico
Los tampones de hoy contienen una mezcla de algodón, rayón y fibras sintéticas. La mayoría del algodón que se usa para estos productos es genéticamente modificado y, aunque se desconocen los riesgos, la acción de insertar algodón transgénico en la vagina durante varios días podría tener resultados similares al consumo de alimentos transgénicos. Los pesticidas y cualquiera de estos productos y subproductos químicos ocultos en los tampones también contribuyen a su riesgo de exposición a las toxinas.
Es importante recordar que, sin importar de qué estén compuestos, los tampones crean un ambiente que favorece el crecimiento de bacterias y los desgarros en la pared vaginal le ofrecen un acceso a las bacterias para que entren en su cuerpo y se acumulen. El SST puede ser mortal y no se puede predecir.
Aprenda más acerca de los otros ingredientes ocultos en los tampones, así como por qué sus tampones son blancos, cómo identificar los síntomas del SST y cómo reducir su riesgo de experimentar esta enfermedad, en mi artículo anterior, “El síndrome de shock tóxico asociado con los tampones es cada vez más frecuente”.
3.- ALTERNATIVAS PARA EVITAR TODO LO ANTERIOR.
Toallas de Tela: Consiste en reemplazar la clasica toalla higiénica por su versión hechas de fibras naturales de 100% algodón, lo que permite que pueda ser lavada luego de cada uso. La tecnología de esta alternativa permite dejar pasar la humedad manteniendo seca la superficie. Su periodo de duración, según el cuidado que se le de, es de 2 a 4 años.
Copa Menstrual: Es la alternativa más recomendada por los ginecólogos. Una buena copa menstrual está hecha de Elastómero Termoplástico Medicinal (TPE), un material anti alérgico que no contiene látex ni químicos, protegiendo así la flora vaginal. La copa es reutilizable y tiene un periodo de duración de hasta 10 años, evitando así generar residuos innecesarios para el medio ambiente. Este producto se inserta en el canal vaginal, igual que un tampón, y una vez lleno se retira, se lava y se coloca nuevamente. Es cómoda de usar, se puede dormir puesta y no es necesario vaciarla tan seguido ya que se puede tener puesto hasta por 10 hrs.
El uso de las toallas de tela o una copa menstrual ayuda a reducir en gran número los desechos sanitarios femeninos, ya que si hacemos el mismo comparativo tendremos que en vez de 10,200 toallas (o 51kg de basura) por mujer solo se usaría 4 copas (0,034 gramos) dentro de los mismos 34 años. Y por las ocho millones de mujeres solo se usaría 256,000 kilogramos de basura que Sİ se puede reciclar.
EN ECOLIVECHILE nos preocupamos del medio ambiente, y la naturaleza, eso incluye a los seres humanos, porque somos parte de la naturaleza aunque nos comportemos como si estuviésemos separados de ella.
Es por eso que añadimos a nuestro catálogo, las toallitas femeninas reutilizables, porque todos tenemos madre, hermana, amigas, o hijas, esposas, pololas, y así debemos preocuparnos por nosotros y nosotras.
En EcoLiveChile además de financiar un proyecto ecológico en tierra del fuego nos preocupamos de ti y del mundo en el que vivimos.
Esperamos que este corto pero intenso artículo haya sido de tu agrado y sirva para informar a muchos y muchas que hoy no saben del daño que causan en sus cuerpos y en el mundo, producto de empresas que sólo piensan en sus beneficios por sobre la salud del resto y el cuidado ambiental. Ayúdanos compartiendo esta información con tus seres queridos, y con tu circulo para que sepan del daño que están obteniendo en sus cuerpos, y las alternativas que existen para disminuir todo lo anteriormente expuesto.